Para que una sesión de fotos con niños pequeños vaya bien, hay un par de cosas que tener en cuenta.
Dos puntos cruciales para los más pequeños: descanso y barriga llena
- Elegir un horario en que el niño esté descansado. Cada niño tiene su ritmo. Es muy importante respetar los horarios de siesta y buscar un horario para la sesión de fotos donde el niño esté en su mejor momento del día. Normalmente es por la mañana o por la tarde después de la siesta.
- El humor del niño influenciará mucho en el resultado de las fotos. Ellos no saben fingir ni pueden esperar. Por eso es importante que estén de barriga llena para que tengan energía y estén contentos delante de la camera.
¿Cómo deben portarse los padres?
Mi experiencia es que cuanto más dejes el niño a su gusto, mejor será el resultado de la sesión. No hay que pedirle que haga nada ni controlarlo mucho. Cuanto más vaya a su bola, más contento y natural estará. El resultado se ve en las fotos.
Lo que funciona muy bien es proponerle un juego como de pilla pilla o salir en búsqueda de insectos, saltar. Actividades que le mantengan entretenido y curioso.
Muchos se motivan cuando los papás les cantan su canción preferida. Sus ojos se iluminan, algunos se ponen a bailar. Estos son los momentos donde yo puedo capturar imágenes naturales y espontáneas.
Momentos de conexión son los que resultan especiales en cada sesión. Un abrazo, un besito, miradas de complicidad se consiguen cuando todos están relajados y disfrutando de la sesión de fotos. A final, se trata de pasar un buen rato juntos. Yo me encargo de capturar la magia que surge por si sola.
